El tiempo que se queda en el recuerdo

Aunque sabeís que no me prodigo mucho en la escritura esta vez sí que lo voy a hacer. Hacía años solía escribir en folios sueltos los pensamientos que tenía cuando cierta tristeza y nostalgia me invadían. El tiempo ha pasado muy deprisa en la universidad, cinco años llenos de momentos inolvidables, seguramente los mejores años de vida. Sin embargo, siempre hay que pensar en que lo mejor está por venir, sino el vacio del tiempo pasado puede acabar con nuestros complejos sentimientos.

La mezcla de la tristeza por llegar al final de un sueño y la alegría por terminar con un largo ciclo estudiantil se confunden en mi cerebro, y han hecho que las últimas semanas hayan estado plagadas de altibajos. Eso unido al sentimiento de desasosiego que me causa el futuro incierto y la escasa fortuna encontrada en mis últimos proyectos, me obligan a reflexionar si realmente seguimos un camino marcado por el destino (donde unos encontrarán la felicidad y el reconocimiento, y otros, los más desafortunados, sólo conseguiran pena y sin sabores en su vida sin que ellos realmente lo buscaran), o si tenemos la posibilidad en nuestras manos de marcar la dirección por la que un día deseamos que corriera la existencia del alma.

Con esto sólo quiero deciros, que es nuestro deber y también nuestro derecho aprovechar cada pequeña cosa e instante que nos haga vibrar haciendo la vida más llena y completa. Por eso, este tiempo lo recordaré como un lustro maravilloso, pero miraré al futuro pensando que la vida siempre te puede conceder un tiempo mejor donde el sueño de una vida se haga realidad, y poder decir triunfante: "he escrito mi destino".

Sé que las fotos no vienen a cuento, son de un concierto que dió Ivan Ferreiro en el Teatro Calderón de Valladolid, haya por el mes de octubre. Él, en sus canciones habla con el corazón por eso he creído que era una buena ocasión para enseñarlas, y recordar aquellos momentos en los que escribía frases inconexas en papeles sueltos que salían del corazón. Hoy, lo hago delante de una pantalla; cuando antes juraba que no me gustaba internet, ahora reconozco que es un mal necesario. Este verano intentaré desconectarme un poco de la "red" en la que me he visto atrapado en los últimos meses. Seguramente, esto sea lo último que escriba en algunas semanas. Buscad el camino y la vida estará llena de alegrias que compesarán las desgracias que tiene esa cosa llamada existencia. Un abrazo para todo el que me haya dedicado 5 minutos de su tiempo. Hasta pronto compañeros!!!!


5 Response to "El tiempo que se queda en el recuerdo"

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Danimantis Says:

Gracias por tu comentario Gonzalo... me gustan mucho los retratos tunecinos....

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JL LEAL Says:

Un saludo Gonzalo!

Suerte!

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Elisa Says:

Yo me niego a pensar que tenemos ya el camino marcado por un destino... sería como darse por vencido y no luchar porque no puedes hacer nada por cambiarlo...

Para mí acabar la carrera también fue duro porque de repente te enfrentas a: ¿y ahora qué? acabas un proyecto y no sabes muy bien por dónde seguir (lo peor es cuando te vuelve a pasar años después de acabar los estudios pufff)

¡Te deseo mucha suerte!

por cierto, un gran tipo Iván Ferreiro, siempre me trae buenos recuerdos.

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Anónimo Says:

Espero poder seguir disfrutando de tu blog...y qe cuando vuelvas de tu viaje nos enseñes lo que has visto. Bonitas palabras, y bonitos recuerdos. Tu compi Leonesa

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Anónimo Says:

Hacía mucho que no visitaba "Miradas Huecas" y por fin, te dejo un pequeño comentario.
Espero que estés disfrutando tus vacaciones como tu querías pero siempre sin olvidar el verano 2008 que fue la bomba...Como ya sabes, esto no es lo mismo sin mis chicos de moda. Qué recuerdos.
En mis días de aburrimiento continuo sigo pensando en aquellas tardes de tapeo en el Museo del Jamón y Malasaña, las noches en la plaza de la Latina cerveceando, los bajos de Arguelles, la verbena de La Paloma, las cenas - fiestas en tu terraza, mis spaguettis a la carbonara con harina para 8, nuestros días de HyM (que no fueron pocos y que sé que te encantaban...xD), los afters en casa con música cutre bailando encima de los sillones, nuestras idas y venidas Madrid - Palencia, Palencia - Madrid, y sobretodo, las tardes paseando y, como no, también fotografiando las calles de Madrid mientras intercambiabamos historietas.
Este fue nuestro "Verano 2008", verano que nunca olvidaré.